Comunicado de
Izquierda Anticapitalista Revolucionaria IZAR en el 1º de mayo, día de los y las trabajadoras del
mundo.
Este 1º de Mayo millones de
trabajadores y trabajadoras de todos los rincones del planeta saldrán a
manifestarse y todos con un mismo denominador común: la lucha contra los
recortes y los despidos; la lucha por la defensa de sus salarios y de sus
derechos laborales. En definitiva la lucha contra las consecuencias de la
crisis capitalista que hace de los ricos más ricos y genera cada vez más
pobreza. Hace 130 años las organizaciones internacionales sindicales decidieron
fijar el 1º de Mayo como día internacional de los y las trabajadoras en
conmemoración de la matanza por las protestas y huelgas y ejecución de sus
principales dirigentes por luchar por la jornada de 8 horas. Hoy sigue siendo
necesario movilizarse. La crisis del sistema capitalista no sólo genera paro y
miseria en nuestros países sino que conlleva guerras, muerte y hambruna a miles
de kilómetros de nuestras fronteras. Las guerras imperialistas que sólo
benefician a los intereses de los capitalistas son las que generan que miles de
refugiados y refugiadas tengan que abandonar sus hogares para emprender un
viaje incierto.
En el estado español,
hay que retomar la movilización para defender nuestras condiciones de vida
El anuncio de la Comisión Europea
de nuevos recortes así como el anuncio del ministro de Haciendo en funciones,
Cristobal Montoro, del aumento del déficit público augura un futuro poco
prometedor para los intereses de la clase trabajadora y de la juventud.
Mientras tanto, la crisis institucional sigue profundizándose. A los escándalos
de corrupción ya conocidos, se suman el de los papeles de Panamá que revelan
cómo, aunque nos hayan hecho creer que hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades, la realidad es que son los ricos los que no han dejado de vivir
lujosamente evadiendo impuestos con el amparo del estado y de las
organizaciones internacionales.
El próximo 26 de junio se
volverán a repetir las elecciones. Todas las organizaciones políticas han
jugado al desgaste durante los últimos meses, centrando los problemas en
cuestiones formales, convirtiendo el debate de la investidura en una puesta
escena de los líderes, con el objetivo claro de no salir demasiado perjudicados
de este periodo. Los comicios del pasado 20 de diciembre han demostrado que las
instituciones y el juego electoral no cambian por sí solos nuestras vidas.
Debemos por tanto retomar la movilización.
El asalto a los cielos prometido
por las fuerzas del “cambio” no se ha dado. En su lugar, hemos estado cerca de
un gobierno del “cambio” junto con uno de los partidos del régimen: el PSOE. El
mismo que recortó, salvó a los bancos con dinero público, abarató y facilitó el
despido con la reforma laboral de ZP en 2010, aumentó la edad de jubilación a
los 67 años o pactó con el PP el artículo 135 de la Constitución española que
prioriza el pago de la deuda por encima de cualquier gasto público. Por tanto
ya sabemos qué harán organizaciones como PODEMOS o UP si les dan los números
después del 26J: conformar un gobierno con aquellos que han aplicado políticas
de ajustes en contra de la gente trabajadora. ¿Se opondría un gobierno de estas
características a las políticas de la Troika? Evidentemente no, tal y como
tampoco lo hizo el gobierno de Syriza con Tsipras a la cabeza.
Sólo hay un camino para defender lo que es nuestro: la movilización
Las movilizaciones en Francia de
la clase trabajadora y de la juventud contra la reforma laboral (ley el Khomri)
nos muestran el camino a seguir. La mejor forma para imponer un programa que
haga que los capitalistas paguen su crisis sigue siendo la movilización y la
huelga. Aunque hayamos pasado en el Estado Español por un periodo de reflujo de
las movilizaciones, siguen existiendo luchas. Así lo demuestran las huelgas de
la plantilla de la TMB en Barcelona, de los autobuses en Zaragoza, de la
limpieza en Málaga o las huelgas estudiantiles estos últimos meses. El estado y
los gobiernos de turno lo saben y por eso aumentan la represión hacia todos
aquellos que luchan. Numerosos sindicalistas han sido detenidos por defender lo
que es suyo desde que empezara la crisis. El último episodio, ha sido el
encarcelamiento de Andrés Bodalo, militante del SAT. Frente a la represión de
los que gobiernan, hoy más que nunca hay que ejercer la solidaridad obrera.
La tasa de paro, la precariedad,
los recortes, la carestía de la vida, los desahucios, las privatizaciones, la
desigualdad de salarios entre hombres y mujeres, siguen siendo razones más que
suficientes para la movilización. Hay que acabar ya con las luchas aisladas y
fomentar la unificación de las mismas para golpear todos juntos un mismo día.
Las direcciones sindicales de CCOO y UGT lejos de contribuir a dicho escenario,
no dejan de poner trabas a la vez que siguen adelante con su política de “paz
social” en connivencia con el gobierno de turno y con la patronal. Este 1º de
mayo debe ser un día en el que los y las trabajadoras hagamos un llamamiento a
retomar la calle y a unificar todas las luchas, estén llevadas a cabo por tal o
cual sindicato, y en denunciar la concertación social llevada a cabo por las
direcciones de los sindicatos mayoritarios.
Sólo las trabajadoras y los
trabajadores, junto con los y las estudiantes y demás sectores populares,
pueden dar una salida a esta catástrofe social. Para ello es necesaria la
unidad detrás de un programa de lucha, independiente de los partidos del
régimen, que ponga sobre la mesa el no pago de la deuda, el reparto del trabajo
sin disminución salarial, la prohibición de los despidos, el aumento de los
salarios al mismo nivel que el coste de la vida, la nacionalización de la banca
bajo control de los trabajadores, etc. Los y las trabajadoras y la juventud
debemos poner sobre la mesa nuestro propio programa que responda a nuestras
necesidades.
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